Los elefantes se reproducen rara vez en cautividad, por lo que la gran mayoría de los individuos domésticos han sido capturados ya adultos en estado salvaje. El método tradicional para hacerlo es el kedah, de origen indio, en el que los hombres rodean una manada y la van empujando hacia un redil de madera, donde separan los individuos más interesantes y devuelven el resto a la selva. Los individuos escogidos son encadenados a un árbol y aislados mientras se habitúan a la gente. Unos días después reciben la visita del cornaca o mahout, sentado inicialmente sobre otro elefante domesticado, que comienza su adiestramiento. Pasará un tiempo antes de que los elefantes permitan al mahout sentarse sobre su lomo y posteriormente sobre su cuello, momento a partir del cual ya son totalmente dóciles y obedientes.
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